Duodécima Corrida de Toros en Sevilla Enrique Ponce, José María Manzanares y Ginés Marín

La corrida de Juan Pedro Domecq, noblota, pero descastada y muy floja se cargó la una corrida con gran expectación. Una corrida sin toros da para poco y únicamente José María Manzanares pudo agarrarse al mástil que ofreció el segundo toro para salir a flote de un espectáculo sin espectáculo.
Con ese segundo, castaño, alto, de nombre Manzanilla -fue el único toro no aguado y que no aguó el espectáculo-. Manzanares lo recibió con buenos lances y Ginés Marín se lució en un quite a la verónica y una preciosa media. Paco María le agarró un buen puyazo. Manzanares, en las afueras, lo tanteó bien con la diestra. Con la izquierda alargó los muletazos y los engarzó en ligazón por lo que hizo saltar la música y la primera ovación fuerte de la tarde. Confió en las fuerzas del noble animal y le bajó la mano en otra serie con buenos naturales. A ello unió buenos pases de pecho. Faena interesante y desigual, con el contrapunto de un desarme. Lo mejor y decisivo, por lo que se libró definitivamente del naufragio y recibió un trofeo, fue el impecable volapié en el que enterró la espada en lo alto. Merecida oreja.


Otra historia distinta sucedió en el quinto, porque el animal, sin brío alguno, aguantó una tanda con la izquierda y poco más. El mejor estoqueador de estas últimas temporadas sorprendió en la suerte suprema y falló con la escopeta ante Escopetero con una manita de pinchazos.
Lo de Ponce fue insistencia e insistencia en sacar agua de dos pozos sin agua. En el primer toro, Dibujante, se esforzó machaconamente en dibujar muletazos ante un astado noble, muy aplomado y parado, llevando su empeño hasta escuchar algunas protestas para que cortase una labor sin emoción alguna.




Con el cuarto, Ojeroso, la cosa fue casi un calco. A éste toro, pese a que lo cuidaron en varas, quedó parado. Ponce sacó algunos muletazos sueltos componiendo la figura. Pero aquello no tuvo nunca visos de faena porque no había toro.
Ginés Marín tuvo un primer toro que peleó con bravura en varas. Derribó al padre del diestro, el buen piquero Guillermo Marín, a punto de ser aplastado por la cabalgadura y que fue ovacionado fuertemente. Ponce se apuntó un buen quite por chicuelinas. El toro llegó justito de todo a la faena de muleta que brindó Ginés a Sergio Ramos, quien fue ovacionado. El animal se quedaba corto y el torero cinceló sendas tandas cortas por ambos pitones. Lamentablemente, Proeza se había desgastado en su hazaña en varas.





Sexto y sexto bis fueron devueltos por su invalidez ante las protestas del respetable. En plena noche saltó como sexto tris un toro largo, como el metraje de la función, que fue protestado. El animal, flojísimo, se defendía en algunas acometidas y en otras perdía las manos. Marín, en su única tarde y ante su suerte en esta feria, debió jurar en arameo.

fuente diario de sevilla:
Fotos: Juan Romero Jaime

Comentarios

Entradas populares de este blog

Semana del Grupo Social ONCE "IGUALES. PARA HOY. PARA MAÑANA"

La Feria del Caballo de Jerez en Blanco y Negro

LII CVN3* Feria del Caballo Jerez de la Fra. 2024