Primer ciclo de las Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda 180 años en blanco y negro

 

Este año, el primer ciclo de las Carreras de Caballos de Sanlúcar ha tenido un invitado especial: el tiempo. No solo porque celebramos el 180.º aniversario de la primera edición de 1845, sino porque las imágenes en blanco y negro que acompañan estas líneas, tomadas por Juan Romero Jaime durante las jornadas del 5 y 6  de agosto de 2025, parecen detenerlo y hacerlo dialogar entre siglos.

En la playa de Las Piletas, el galope de los pura sangre vuelve a marcar el compás del verano sanluqueño. El mar, se convierte en un espejo para los caballos y jinetes que atraviesan la orilla. Las fotografías captan ese instante suspendido: el brillo del sudor en el lomo, la tensión de la salida, la nube de arena húmeda que envuelve los últimos metros.

Los disparos de cámara —tan distintos a los flashes de la prensa decimonónica— logran sin embargo una estética atemporal. El blanco y negro de este año conecta con los álbumes antiguos que guardan los sanluqueños: damas con sombrillas, caballeros con sombrero de paja, y caballos de líneas más finas que hoy parecen salidos de un grabado.

En lo deportivo, el primer ciclo ofreció cuatro pruebas por jornada, con distancias adaptadas a la marea, entre 1.400 y 2.000 metros. Hubo favoritos que se impusieron sin discusión y otros que cayeron en los últimos cuerpos, víctimas del irregular terreno de la orilla. La anécdota más comentada fue la remontada de una amazona amateur, que arrancó aplausos entre el público de primera línea.

Pero la verdadera magia está en lo que las fotos no dicen en voz alta: el olor salino, las voces de quienes siguen la carrera desde Bajo de Guía, los niños que corren paralelos a los caballos, y el momento en que la playa se vacía y solo quedan las huellas de los cascos dibujando la memoria de la jornada.

Las imágenes no solo documentan, sino que cuentan la historia de un lugar que sabe envejecer sin perder su esencia. Igual que en 1845, las carreras siguen siendo un pacto entre la ciudad, el mar y el caballo… y este año, entre el pasado y mi objetivo.

Fotos: Juan Romero Jaime.